Tal es el caso de “Banco”, un tiburón martillo macho marcado en el Santuario de tiburones Golfo Dulce en el Sur de Costa Rica en agosto de 2017, y que fue detectado 1200 km en la Reserva Marina de Galápagos en Ecuador cuatro años después en marzo 2021. “Banco” el tiburón martillo, fue etiquetado con una marca acústica implantada en su interior en la noche del 21 de agosto de 2017 en la zona externa de Golfo Dulce con alrededor de 2 años de edad y poco más de 1 m de longitud.
Luego de casi 3 años de no tener noticias de sus movimientos, Banco fue detectado entre el 21 de marzo y el 4 de abril de 2021 por un receptor acústico colocado a más de 1000 km en el Arco de Darwin en las Islas Galápagos, Ecuador. Esta evidencia de conectividad biológica entre un área de crianza costera y un hábitat oceánico, que fue posible gracias a un esfuerzo de marcaje colaborativo internacional entre investigadores costarricenses de Misión Tiburón (www.misiontiburon.org) y ecuatorianos de la Universidad San Francisco de Quito, Galapagos Science Center.
El tiburón martillo (Sphyrna lewini), es una especie migratoria de aguas tropicales y subtropicales. Nace en áreas de crianza, generalmente ubicadas en zonas costeras, altamente productivas como manglares y bocas de ríos; cuando alcanza la madurez sexual inicia migraciones en mar abierto, visitando las islas oceánicas del Pacífico Este Tropical, a saber, Isla del Coco (Costa Rica), Islas Galápagos (Ecuador), Isla Malpelo (Colombia). Las poblaciones de esta especie han declinado en todo el mundo, y en el Pacífico Este Tropical reside una de las poblaciones más amenazadas principalmente a causa de la sobrepesca, degradación de hábitat y contaminación. Como consecuencia del drástico degrado de las poblaciones del tiburón martillo, en 2019 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la catalogó como especie en peligro crítico de extinción. Debido a su naturaleza migratoria, el estudio de la población del tiburón martillo requiere de esfuerzos colaborativos entre investigadores de toda la región.
La organización Migramar está conformada por científicos de distintos países del Pacífico Este Tropical con el propósito de compartir metodologías e información técnica con el fin de alcanzar resultados de mayor impacto para la conservación de las especies marinas amenazadas. “Este hallazgo destaca la importancia de unir esfuerzos internacionales para identificar, proteger y conectar las áreas de crianza ubicadas en zonas costeras, en donde la interacción entre el tiburón martillo y las actividades humanas es aún mayor con respecto a las zonas oceánicas. En este contexto, Ecuador ya tomó cartas en el asunto declarando dos nuevas áreas marinas protegidas, una en la zona costera y la otra en aguas oceánicas. Aunque en Golfo Dulce, Costa Rica, existen medidas de protección específicas para el tiburón martillo, estás deben complementarse con acciones de conservación más contundentes. La creación de nuevas áreas marinas protegidas en zonas costeras es urgente, esperamos que Costa Rica siga el ejemplo de Ecuador” comenta Ilena Zanella, investigadora de Misión Tiburón.
“Una vez más, se demuestra la conectividad de especies marinas amenazadas entre Ecuador y Costa. Al menos seis especies de tiburones y dos especies de tortugas marinas migran entre los dos países, donde son susceptibles a las redes y los anzuelos de nuestras flotas pesqueras. Por esta razón hay que felicitar a Ecuador por su reciente anuncio de crear una nueva reserva marina que ayudará a proteger las rutas migratorias de estas especies. Urge que Costa Rica haga lo mismo,” explica Dr. Alex Hearn, Profesor de la Universidad San Francisco de Quito.