El Galápagos Science Center (GSC) recientemente comenzó a recibir investigadores y estudiantes de manera limitada en sus instalaciones ubicadas en San Cristóbal, Galápagos.
El primero en la fila fue Greg Lewbart, profesor en el departamento de ciencias ambientales e ingeniería de la Escuela de Salud Pública Global UNC Gillings, y profesor de medicina de animales acuáticos en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Lewbart ha realizado investigaciones en el Galapagos Science Center desde sus inicios hace casi 10 años y ha realizado 21 viajes a Galápagos a lo largo de este tiempo. Muchos de ellos formando parte de un equipo internacional de investigadores que ayudó a establecer parámetros referenciales de salud para varias especies endémicas en el archipiélago. En septiembre de 2020, debido a la pandemia, Lewbart no pudo viajar a Galápagos, pero en cambio, lideró desde lejos la evaluación de salud de 30 tortugas gigantes juveniles que el GSC y la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) realizaron con el objetivo de determinar si estas tortugas estaban aptas para emprender su camino de regreso a la naturaleza como parte de los esfuerzos de crianza y repatriación de la DPNG para esta especie vulnerable.
Sin embargo, en junio de 2021 la situación fue diferente. Esta vez, con la mayoría de la población de Galápagos vacunada y Lewbart también inmunizado, la oportunidad de regresar a las Islas y a los animales únicos que Lewbart se esfuerza por proteger, llegó.
“Regresar a San Cristóbal y al GSC fue increíble y muy especial. Fue como volver a casa después de un tiempo demasiado largo. Pero con el apoyo de mis amigos y colegas en el GSC y en todo el archipiélago, fue muy fácil retomar donde lo dejamos en 2019. Hubo muchos abrazos virtuales y reuniones cálidas antes de que nos ocupáramos de recopilar datos y explorar una variedad de sitios de investigación «.
En sólo tres semanas, Lewbart y un pequeño equipo de investigación lograron realizar evaluaciones de salud a 18 tortugas juveniles de San Cristóbal que se consideraron saludables y eventualmente serán liberadas por la DPNG en la naturaleza. Este fue solo el comienzo. Lewbart y su equipo también llevaron a cabo una valiosa investigación con lobos marinos de Galápagos, tortugas marinas verdes y piqueros de Nazca en Española durante la corta visita del equipo.
Lewbart ha visto lobos marinos de Galápagos que necesitan atención veterinaria y, en ocasiones, necesitan sangre después de una lesión. Los animales, tal como los humanos, tienen diferentes tipos de sangre y Lewbart quería explorar si el lobo marino de Galápagos podría aceptar sangre de un donante de la misma especie. Lewbart y un equipo de GSC y DPNG pasaron dos días en Playa Mann y Playa de los Marinos capturando momentáneamente lobos marinos para tomar pequeñas cantidades de sangre de más de 20 individuos y realizar 50 cruces en el Laboratorio de Microbiología de GSC. Esta es la primera vez que alguien ha realizado pruebas cruzadas con esta especie. Lewbart informó que no hubo reacciones graves ni coagulación durante el proceso, lo que significa que, si un lobo marino de Galápagos necesita una transfusión de sangre en el futuro existen donantes para hacerlo.
A continuación, el equipo de Lewbart realizó una investigación invaluable para determinar si se pueden encontrar microplásticos en las heces de la tortuga verde, lo que nos mostraría el tipo y la densidad de microplásticos que existen en las aguas cristalinas de Galápagos. Se capturaron y muestrearon cincuenta tortugas marinas verdes en dos lugares, uno en Galápagos y el otro en el Ecuador continental, lo que proporcionará una comparación muy necesaria para comprender mejor la escala de los microplásticos en las aguas circundantes. Esto como una actividad en apoyo al trabajo que actualmente realiza Juan Pablo Muñoz, investigador del GSC como parte de sus estudios de PHD.
En los últimos días de su estadía, Lewbart se embarcó en un viaje a la Isla Española para realizar evaluaciones de salud y medir los impactos turísticos en el piquero de Nazca. Este trabajo se realiza en colaboración con Susana Cárdenas y Carlos Valle, investigadores del GSC y docentes de la USFQ. A pesar de las difíciles condiciones como viento fuerte, calor y polvo y la necesidad de tomar muestras de sangre dentro de los cinco minutos posteriores a la captura para obtener resultados precisos, se tomaron muestras de 108 animales. Estas muestras provienen de dos lugares diferentes, uno cerca de turistas y otros en un lugar remoto, para medir los niveles de estrés en esta especie y comprender mejor cómo el turismo puede o no afectar su salud.
El reciente viaje de investigación de Lewbart al GSC y las Islas Galápagos en general trae consigo un soplo de esperanza y positividad. A medida que continuamos adaptándonos a la nueva normalidad desde que comenzó la pandemia, es refrescante comenzar a dar la bienvenida a los investigadores al GSC para que continúen su trabajo crítico para preservar no solo estos animales icónicos, sino también sus entornos para el futuro.