Las iguanas marinas de Galápagos (Amblyrhynchus cristatus) tienen la capacidad de reducir su ritmo cardíaco para ahorrar energía en su cuerpo, una adaptación adquirida para enfrentar el evento climático de El Niño. Durante estos períodos, el aumento de la temperatura del océano provoca la disminución de algas, su principal fuente de alimento, lo que representa un riesgo para la supervivencia del único lagarto marino del mundo.
Con el objetivo de comprender cómo las iguanas marinas responden fisiológicamente a la escasez de recursos, un equipo de investigadores llevó a cabo un estudio de 11 años en la isla San Cristóbal, Galápagos. Durante este tiempo, se monitoreó a 665 iguanas marinas, evaluando su frecuencia cardíaca y temperatura corporal, a lo largo de distintos ciclos oceanográficos, incluyendo eventos de El Niño y La Niña.
Los resultados de este estudio revelaron que, ante el calentamiento del océano, las iguanas marinas disminuyen su frecuencia cardíaca, lo que indica una reducción en su tasa metabólica. A pesar de esta disminución, la temperatura corporal de los individuos no presentó cambios significativos, lo que sugiere que este ajuste metabólico es un mecanismo interno de adaptación, más allá de la influencia ambiental directa.

Estos hallazgos refuerzan el conocimiento sobre la capacidad de adaptación de las iguanas marinas, que ya eran conocidas por su habilidad de reducir su tamaño corporal en tiempos de escasez. La comprensión de estas estrategias fisiológicas es fundamental para su conservación, especialmente frente al avance del cambio climático y el aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos de El Niño.
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