Introducción: La investigadora de GSC Amanda Thompson, con sede en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, junto con otros tres colaboradores, publicó un artículo sobre la salud humana en Galápagos en la revista American Journal of Human Biology el 28 de diciembre de 2018. El título del artículo es “Vías que relacionan la cesárea con la salud temprana en un contexto de doble carga: desarrollo inmunológico y microbiota intestinal en lactantes y niños de Galápagos, Ecuador”. Esta publicación se basa en dos estudios coordinados con el Hospital Oskar Jandl y el Ministerio de Salud Pública de Ecuador.
Pregunta de investigación: Las mujeres y los médicos de todo el mundo optan por nacimientos por cesárea, y Galápagos no es una excepción, con entre el 36% y el 45% de los bebés nacidos de esta manera[1]. Pero, ¿cuáles son los efectos a largo plazo de los nacimientos por cesárea en comparación con los nacimientos vaginales?
Varios estudios internacionales han relacionado los nacimientos por cesárea a término con el riesgo de alergias y asma[2], diabetes temprana[3] y enfermedad inflamatoria del intestino.[4] Los resultados de estos estudios sugieren que un parto vaginal estimula el sistema inmunológico del bebé, ayudándolo a enfrentar el mundo de manera más fuerte y adaptable que la alternativa de la cesárea, al menos a corto plazo.[5] Para entender los efectos a largo plazo, también es importante analizar factores complementarios como la lactancia materna, la nutrición y las exposiciones ambientales, especialmente cuando la mayoría de los estudios se han realizado en Estados Unidos y otros países con condiciones similares de salud pública.[6]
Por lo tanto, Amanda y sus colegas diseñaron su proyecto de investigación en Galápagos, Ecuador, donde los residentes tienen una doble carga de enfermedades infecciosas y las tasas más altas de obesidad en Ecuador (influido por la calidad del agua y la ingesta de alimentos procesados),[7] pero también una tendencia positiva de la lactancia materna: la mayoría de las madres inician la lactancia y casi el 44% de los bebés son amamantados exclusivamente hasta los 6 meses de edad.[8]
El equipo de investigación planteó la pregunta: ¿Cómo afectan los nacimientos por cesárea a los bebés y niños en las islas Galápagos en el contexto de una doble carga de enfermedad y un factor confundente positivo de casi universal lactancia materna?
Hipótesis: Amanda y sus colegas de la UNC, Kelly Houck y Johanna Jahnke, probaron dos posibles vínculos entre cómo se entregan los bebés y su salud más adelante en la vida. El primer posible camino es un sistema inmunológico menos efectivo para combatir enfermedades y el segundo posible camino es la flora intestinal en nuestro tracto gastrointestinal. Su hipótesis fue que los hallazgos en Galápagos diferirían de las tendencias internacionales encontradas en investigaciones similares realizadas en los EE. UU. debido a los altos niveles de lactancia materna y al entorno de las Galápagos.
Métodos: El equipo trabajó con miembros de la comunidad local para recopilar datos de 41 bebés y niños pequeños y 135 niños pequeños (menores de 11 años) en dos estudios realizados entre 2014 y 2016 para comparar la salud del sistema inmunológico (morbilidad: con qué frecuencia se enferman junto con la proteína C-reactiva, una respuesta a la infección) y la microbiota intestinal (composición de bacterias saludables y dañinas). Específicamente, tomaron muestras de manchas de sangre para medir la proteína C-reactiva, que es una proteína producida por el hígado y un indicador de inflamación por infección. Solicitaron a las madres que recolectaran muestras de heces para analizar el ADN de las bacterias presentes para extrapolar la salud intestinal. El equipo aplicó una encuesta para medir el modo de nacimiento, la lactancia materna, el modo de baño y el uso de fórmula infantil (exposición al agua), la exposición a enfermedades, la nutrición, entre otras variables.
Resultados: Del grupo de estudio, el 57,5% de los bebés y el 47,4% de los niños tuvieron nacimientos por cesárea, con el 72% de las madres informando operaciones planificadas. Todos los niños recibieron leche materna durante al menos 15 meses, independientemente de su modo de nacimiento, lo que muestra un acceso universal a un factor positivo para la salud pediátrica. El equipo de investigación realizó modelos de regresión estadística lineal y logística controlando la exposición nutricional y patogénica relacionada con la edad para ver si la diferencia entre los resultados por modo de nacimiento se debía al azar o era estadísticamente significativa.
Encontraron que los dos indicadores de salud del sistema inmunológico, la primera vía potencial, no eran significativamente diferentes entre el modo de entrega de nacimiento. Sin embargo, los tipos de bacterias en los sistemas gastrointestinales, la segunda vía potencial, eran notablemente diferentes, incluso después de ajustar los datos por exposición ambiental por edad.
El equipo de investigación explica en el artículo: “Es importante destacar que encontramos diferencias en los grupos bacterianos asociados con el desarrollo inmunológico, la función intestinal saludable y la ganancia de peso, y estas diferencias persistieron en su mayoría cuando se controló la exposición ambiental nutricional y patógena”.
Conclusiones: Estos resultados apoyan investigaciones anteriores que encontraron un retraso en el desarrollo saludable del intestino en bebés y niños nacidos por cesárea. El retraso en el desarrollo saludable del intestino se evidencia por una mayor presencia de Firmicutes (comúnmente encontrados en personas obesas) y menos Bacteroidales (actores importantes en la salud intestinal). La presencia de estas bacterias podría llevar a la obesidad futura y un sistema inmunológico comprometido. Además, el equipo de investigación encontró que factores positivos como la lactancia materna no influyen significativamente en los resultados que los modos de nacimiento tienen en la microbiota intestinal de bebés y niños.
Recomendaciones: Los resultados de este estudio son preliminares, ya que pocos estudios han analizado esta pregunta de investigación en contextos de países como Ecuador, que difieren de los Estados Unidos y los países europeos. Sin embargo, los resultados demuestran la necesidad de analizar más a fondo los impactos de los nacimientos por cesárea en la salud de los bebés y niños. Esta información debería informar tanto a los profesionales como a las madres de las consecuencias de su decisión de dar a luz por vía vaginal o por cesárea en circunstancias planificadas.
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